sábado, 21 de mayo de 2011

Imposible amar sin haber escuchado The Smiths

  
  El corazón lo sintió. En el año de 1982, Manchester, Londres  sonaba diferente, único, Indie y romántico. Talvez fueron los arpegios melodiosos de Johnny Marr, o las baterías concretas pero con espíritu de Mike Joyce, pudo haber sido el bajo de Andy Rourke, o talvez, como muchos piensan, fue  la voz grave pero delicada de Morrisey. Fuera lo que fuera The Smiths cambio el significado de “canción romántica” para siempre.
 Desde su primer disco: “The Smiths” de 1984, esta banda inglesa ya iba creando su imagen de poetas modernos capaces de contar historias de amor y desamor. Impresionante que con canciones como “Hand in a Glove” y “ What Difference does it make?” marcaran su debut. Después llego el “Meat is Murder”, el disco era mas aventurero, casi despojando la imagen y el sonido de The Smiths, incorporando bajos de funk y guitarras de rockabilly, sin embargo con canciones como “How soon is now” y “The Boy with the thorn in his side” dejan claro que no querían cambiar y daban un anticipo a lo que vendría: grandes canciones de amor verdadero.
Pero después de varios años (tres para ser exactos),  The Smiths se empezaron a  apaciguar por su relación como banda, la tensión entre Marr y Morrisey  aumento en el tercer disco “The Queen is Dead” , debido a la expulsión de Rourke por problemas con la heroína (OH la droga!!!, mortal enemigo para las grandes bandas, siempre cometiendo estragos: Pink Floyd y Syd Barrret, los Sex Pistols y Sid Vicious) y las disputas legales con la disquera Rough Trade (otro enemigo de las bandas, si me preguntan a mi). En el año 1987, The Smiths saca a la venta su tercer y….ultimo disco titulado “Strangeways, Here we come”. Gracias a Dios que su ultimo disco fue tan bueno. El “Strangeways…” es increíble, melodioso, con letras que solo hubiesen podido surgir de las brillantes mentes de The Smiths, con temas asombrosos. Buena forma de cerrar su carrera, buena forma de cerrar su carrera digo yo.

Música real y directa para el corazón:
 No tan antes de The Smiths el género soft rock con bandas como Air Supply, Fletwood Mac, Journey y Foreigner tenían controlado el proceso creativo de escribir canciones románticas. Las letras de todos estos se asimilaban a novelas de televisión, con hombres esperando a la par del teléfono llorando incontrolablemente  y mujeres sumisas dispuestas a oír mentiras, llena de sentimientos superficiales y un amor de San Valentín. (Lo anterior no quiere decir que no disfrute y respete este tipo de música). The Smiths, rompiendo esquemas a su estilo, lanza el disco “The Queen is Dead” con el sencillo “There is a light that never goes out” en  el año 1986. Desaparecen las letras superficiales de amor ficticio y de cartas comerciales. La letra de “There is a light that never goes out” es capaz de quebrar al mas “rudo”.  “And if a double-decker bus crashes into us to die by your side is such a heavenly way to die and if a ten ton truck kills the both of us to die by your side well the pleasure, the privilege is mine”. Sin comentarios. La muerte como símbolo cumbre del amor es la esencia de The Smiths.
Una noche decidí cerrar mis ojos y oír, probablemente mi canción favorita de The Smiths, “Girlfriend in a Comma”. Escuchándola, sentí ganas de estar enamorado, de sentir esa emoción, ese sentimiento, ese amor del cual canta tanto The Smiths, quise sentir todo eso por una mujer. Y pensé:
“Es imposible amar sin haber escuchado The Smiths”.

Publicado por: "Gonzo" 

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